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Cómo protegerse frente al estrés

El estrés es un problema común en la sociedad actual, especialmente en el entorno laboral. En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 40% de los trabajadores y más de la mitad de los empresarios admiten sufrir estrés laboral. Esta respuesta automática del organismo puede afectar la salud física y mental si no se maneja adecuadamente. En este artículo, te ofrecemos estrategias efectivas para protegerte frente al estrés y mejorar tu bienestar.
¿Qué es el estrés y por qué se produce?
El estrés es una respuesta fisiológica, psicológica y conductual del organismo al intentar adaptarse a cambios internos o externos que alteran el equilibrio emocional. Aunque esta reacción es normal, si se prolonga en el tiempo, puede provocar malestar, irritabilidad, cansancio, alteraciones del sueño o cefaleas. Si no se toman medidas, el estrés puede derivar en problemas más graves como ansiedad, depresión severa y enfermedades cardiovasculares.
Consejos para manejar el estrés
A continuación, te dejamos algunos consejos que te ayudarán a poder manejar un poco mejor el estrés. No obstante, siempre recomendamos contar con ayuda de profesionales y hablarlo con gente de confianza para que te apoyen.
No te preocupes de lo que no puedes controlar
Uno de los principales consejos para manejar el estrés es aprender a diferenciar entre lo que puedes controlar y lo que no. Muchas veces, intentamos mantener todo bajo control para no salir de nuestra zona de confort, pero hay factores externos, como el clima o el tráfico, que escapan a nuestro alcance. Preocuparse por estos aspectos solo aumenta la frustración y el estrés. En su lugar, enfócate en aquello que puedes gestionar y deja de lado lo incontrolable.
Establece metas asequibles en tu día a día
En el trabajo y en la vida personal, es crucial establecer metas alcanzables.
- Evita sobrecargarte con objetivos irrealistas que solo añadirán más estrés a tu vida.
- Aprende a delegar, a decir «no» cuando sea necesario, y a avanzar paso a paso. Al fijar metas razonables, te sentirás más en control y reducirás la presión sobre ti mismo.
No temas los cambios
El cambio es inevitable y, aunque pueda sacarte de tu zona de confort, no siempre es algo negativo. A veces, los cambios pueden ofrecerte nuevas oportunidades para crecer y superar situaciones difíciles. En lugar de ver los cambios como una amenaza, intenta abordarlos como una oportunidad para aprender y mejorar.
Ejercicio y dieta sana
El ejercicio es una de las formas más efectivas de liberar la energía y tensión acumulada, ayudando a reducir los niveles de estrés. Mantenerse físicamente activo no solo mejora tu salud, sino que también tiene un impacto positivo en tu estado de ánimo. Combina esto con una dieta equilibrada y una hidratación adecuada para proporcionar a tu cuerpo los nutrientes que necesita. Una alimentación sana es clave para mantener tu energía y bienestar general.
Duerme lo suficiente
El sueño es fundamental para mantener el estrés bajo control. Durante el descanso, el cerebro procesa la información y organiza las ideas, lo que facilita la toma de decisiones y reduce la ansiedad. Asegúrate de dormir lo suficiente cada noche para que tu cuerpo y mente puedan recuperarse adecuadamente. Un sueño reparador te permitirá enfrentar el día con una mente más clara y organizada.
Prueba técnicas de relajación
Si sientes que el estrés te supera en determinados momentos del día, detenerte y practicar técnicas de relajación puede ser muy útil. Métodos como la respiración diafragmática, la meditación, la relajación muscular progresiva de Jacobson, y el mindfulness son muy efectivos para reducir el estrés en situaciones puntuales. Dedicar unos minutos al día a estas prácticas puede marcar una gran diferencia en tu nivel de bienestar.
Atrévete a consultar con profesionales de ser necesario
Si después de aplicar estos consejos, el estrés persiste, no dudes en buscar ayuda profesional. Tu farmacéutico o médico puede recomendarte productos naturales a base de plantas que te ayuden a calmar el nerviosismo o la irritabilidad en momentos difíciles. No olvides la importancia de cuidar tu salud mental, dándote un respiro cuando lo necesites.
En conclusión, protegerse frente al estrés es fundamental para mantener una vida equilibrada y saludable. Aplica estos consejos en tu día a día y no dudes en buscar apoyo profesional si lo consideras necesario. Recuerda que el bienestar emocional es tan importante como la salud física.